Cuando una mujer llega a nuestro salón, la primera misión es conocer cuales son sus necesidades capilares. Unos minutos de entrevista nos llevan a tomar decisiones correctas en cuanto a color, a corte y al estilo que busca o qué podemos conseguir desde el estado en el que partimos. Si no nos conoce, es muy posible que le sorprenda la rápida observación del estado de su cuero cabelludo e incluso que le demos prioridad a este ante cualquier otro servicio. Es uno de nuestros protocolos imprescindibles y rutinarios. La información es poder, y daros la máxima sobre vuestro estado capilar es para nosotras un hábito muy saludable.