¡La pregunta del millón querida!
Cuantas veces has comentado entre amigas o a tu estilista de cabecera tu deseo de tener el cabello extra largo, una de esas deseadas melenas XL o melenas de universitaria que tanto anhelamos todas.
No es sencillo en todos los casos, pero siempre hay excepciones y, con buenos cuidados, siempre se puede propiciar un mejor crecimiento y buena calidad en medios y puntas para evitar rotura y proteger el largo al máximo.
Siempre me gusta incidir en que nuestra grasa natural puede proteger hasta un palmo desde el cuero cabelludo. A partir de ahí somos nosotras las que debemos aportar hidratación extra y constante: mascarilla, serum, leche de peinado, aceites y todo aquello que nos ayude a mantener los medios y puntas elásticos y brillantes.
En los cabellos genéticamente finos es más complejo, ya que estos tienen un crecimiento celular menor y están más expuestos a la agresión climatológica y de las malas praxis en casa o en los salones de peluquería. A pesar de esto siempre recomiendo acudir a un buen profesional y que cuente con productos de la mejor calidad para mimar al extremo ese tipo de melenas menos densas, apostando siempre por el menos es más: menos técnica y más terapias.
En las mujeres a partir de los 35 años el cabello y la piel comienza a sentir los primeros signos del envejecimiento.
Ahí es cuando comenzamos a tratar en profundidad con cuidados en el salón y en casa: el ácido hialurónico, la proteína vegetal, los aceites esenciales y todo lo que la alta cosmética pone en nuestras manos para hidratar, aportar brillo, elasticidad, evitar la rotura y mantenerlo bonito a pesar de los cambios, el estrés, los embarazos y post-partos, la andadura hacia la menopausia a partir los 40 años.
Melenas que se ven despobladas en medios y puntas, que se rompen, que ya no llegan a aquellos centímetros de años atrás… todo tiene un porqué y, sobre todo, hay armas para mejorarlas como puede ser #Olaplex o #Nourishing de Davines. Ambos buscan poner fuerza en el tallo capilar: el primero enlaza químicamente los puentes de disulfuro que lo componen y se rompen con los daños externos; y el segundo con su aporte de proteínas vegetales.
Todo esto y más es lo que debo tener en cuenta como profesional cuando una mujer y su cabello se pone en nuestras manos. Priorizando siempre la salud pero sin dejar de lado la imagen que quiere y recurriendo a la mejor opción para que se vea perfecta.
Extensiones: ¿sí o no?
En los casos que abordamos desde nuestro salón y por propia experiencia, no recomiendo aportar a los cabellos finos el peso extraordinario que suponen las técnicas de sujeción de las extensiones fijas. Pero nunca me cierro a casi nada, y si una mujer necesita con urgencia verse bien porque su cabello no le da lo que necesita para conseguir una bonita imagen, ¡voy a buscarlo!. No me permito aquello de no se puede. Si hay una posibilidad, voy a ir a por ella, y existen formas de colocar extensiones para dar volumen y largura sin afectar en absoluto a la salud del cabello. ¡Así que siempre sí! Lo más importante es que se sienta la más bonita del mundo.
¡Claro que podemos llevar el cabello largo!
En cada momento de la vida aceptando y mimando todo lo que nos ofrece y siempre buscando una imagen bonita y de mujer súper cuidada y actual.
Recuerda que no es la largura del cabello la que envejece, si no como se lleva, en que contexto, que aporta a nuestra imagen y cuánto lo cuidamos a los 20, 30, 40 o 60 años.