A todos nos encanta darnos caprichos y alimentar el alma con esos placeres que nos hacen sentir bien: placeres gastronómicos, un estupendo spa, belleza en nuestro salón favorito, en esa tienda que miras y miras su escaparate porque te enamoran sus prendas, una comida en ese restaurante con estrellas michelín, esos zapatos casi inalcanzables (ay, esos zapatos…).
Las que tengáis conocimientos en comunicación, conocéis seguro «la regla de los 7 segundos»: son los que bastan para formarnos una impresión sobre una persona sin conocerla.
Así funciona nuestro subconsciente y después en otros poquitos más y un intercambio verbal tendremos una idea preconcebida de quien tenemos frente a nosotros.
Hablamos de primera impresión, apariencia, sensaciones. Nuestro cerebro recuerda un 80% de lo que vemos y experimentamos… así que ese es el escaso tiempo que tenemos para que esa persona esté encantada de conocernos.