Estos días… de incertidumbre comentan, esperando otra ola o ¿dentro de ella?, la verdad es que las aguas no se calmaron en ningún momento y todos nos sentimos en un bote de salvamento en medio de una tormenta. Poco que decir… (o mucho, pero aquí no).
Cuando nos enfrentamos a las emociones, podemos hacer dos cosas: las evitamos o dejamos que nos abrumen. Mantener un justo equilibrio sería lo ideal, pero qué fácil es decirlo. Mucho menos hacerlo.
«La mente equilibrada y calmada es fuerte; la agitada y con prisas es débil» Wallace D. Wattles
Hay días en que nuestras emociones nos devoran y nos llevan al colapso, otros en los que la cosa más pequeña nos mete en una montaña rusa emocional, y no, a la mente hay que decirle «NO». Para encontrar la clave del equilibrio emocional, como en tantas otras cosas en la vida es fundamental y necesario tomar conciencia. Identificar lo que estamos sintiendo, y por qué. Buscar armas de evasión y de escape, deporte, entretenimiento, hobbies, distraernos, cambiar y parar el ruido mental es un hábito indispensable para la salud mental y el equilibrio emocional.
Cada mañana, al comenzar las tareas telemáticas antes de acudir al salón, me sorprenden a través del correo electrónico y el whatsapp, consultas acerca de problemáticas capilares. Personas preocupadas por una fuerte pérdida de volumen y densidad, picores desesperantes, muchas alopecias incipientes. Es un momento que me hace reflexionar sobre la gran presión a la que estamos sometidos y que sin duda alguna debemos realizar un gran trabajo para dar solución a estos grandes problemas. Pero como bien os he comenzado contando, debemos hacer un reseteo emocional y tratar de parar dentro de nuestras posibilidades el ruido de nuestra mente y la ansiedad que produce.
Nuestra piel, nuestro cuero cabelludo
El cuero cabelludo es la piel que reviste el cráneo del ser humano y que posee cabello.
Es diferente de las otras pieles por el motivo de que bajo esta piel existe una estructura muy vascularizada, formada por una ramificación enorme de vasos sanguíneos.
Para comprender como se gestan y se observan los problemas capilares, hemos de conocer que a través de los vasos sanguíneos de la piel, de la glándula sebácea y las glándulas sudoríparas se eliminan parte de los desechos sobrantes en nuestro organismo. Nuestro sistema linfático y vascular forma parte de un perfecto «colador» y selecciona aquello que necesita. A más toxinas (alimentación insalubre, disfunciones hormonales, medicamentos, bebidas etc.) acumuladas, más trabajo le costará llevar al día esta criba y la intoxicación por distintas vías está asegurada. Más pronto que tarde se hace visible en la piel y sólo con observar detenidamente el cuero cabelludo encontraremos anomalías en un alto porcentaje de nuestros pacientes y clientes.
¿Se puede frenar esa caída de cabello?, ¿se me va a quitar la dermatitis?, ¿me saldrá el pelo que he perdido?
SÍ. Rotundamente sí. Necesitamos dos cosas: un paciente dispuesto a colaborar, constante en su objetivo y con cierta dosis de paciencia (sesiones en cabina varias semanas, deberes de higiene para casa) y un seguimiento exhaustivo. Ni una ni otra parte debe dejar pasar más de un año esa gran pérdida capilar para realizar la preparación de la piel y así poder estimular y recuperar esos cabellos que se han desprendido. El éxito de un tratamiento capilar recae activamente sobre ambas partes y os aseguro que funciona.
Si padeces alguna de estas patologías te daré una información más personal realizando un buen diagnóstico e información veraz en nuestro centro. Información en tel. 941261113, citas@rosanacalvo.com y whatsapp 600808686.
